¿Cómo se pinta una lámina galvanizada?
El color de una fachada puede ser un factor determinante para atrapar la atención de los clientes, muchos establecimientos y edificios deciden tener materiales llamativos para dar una mejor impresión a su público y uno de los materiales que más se solicitan para cubrir estas necesidades es la lámina galvanizada, el cual es un elemento que no puede faltar adornando los techos de múltiples edificios, con un color gris que lo distingue, además de su excelente durabilidad y capacidad de aguante.
Sin embargo, el color de este producto no siempre es el que se desea, por lo que surge la pregunta para muchos clientes sobre si se puede cambiar el color de la lámina galvanizada. Para esto, la respuesta adecuada es sí, y existe una alternativa de bajo costo que se puede obtener con la misma facilidad que el galvanizado, la cual es el acero pintro, el cual pasa por un proceso de fabricación similar a la de esta lámina, con la diferencia de que su recubrimiento no es con base en zinc, sino que usa pintura para ello.
Esta alternativa es la más ideal, sin embargo, si ya se tiene un lote de láminas galvanizadas, esta opción no es viable. Para ello, el producto original se puede trabajar de manera que pueda garantizar un excelente desempeño, sin que su cubierta se desgaste y ponga en riesgo la integridad de la lámina de acero. Al conseguir un nuevo color, el producto también puede tener nuevos usos, por ello, se puede cambiar el color de una lámina galvanizada considerando los siguientes pasos.
El zinc del galvanizado puede ser removido mediante el uso de solvente para pintura y una lija, con lo cual se quedará con una base de acero en la forma de la lámina, ya sea acanalada o lisa si es que viene en piezas individuales. También se puede conseguir con acero en rollo, pero es un proceso más tardado debido a la longitud del material. Posterior a este proceso, el cliente se debe asegurar de que la lámina se encuentre lo más limpia posible para poder empezar con la etapa de barnizado con el color en pintura de vinil que haya seleccionado.
Se deben aplicar mínimo 3 capas aunque lo recomendado sean 5. Este proceso debe de tener tiempos intermedios en donde se deje secar la pintura previo a seguir aplicando las capas restantes. Posteriormente a este proceso, se podrá ver una mejora en el color de la lámina de acero, sin importar su diseño acanalado o liso, aunque de manera común es más recuente que se obtengan resultados mejores en la versión lisa de la lámina, pues no se generan charcos de pintura que se sequen y puedan dejar un acabado imperfecto.
Cabe resaltar que este proceso en láminas galvanizadas es muy tardado y solo se recomienda para instalaciones que van a utilizar un número limitado de piezas, y no para pedidos que rebasan las toneladas de peso. El color es una parte importante del producto, y aunque sí puede afectar su desempeño, puede ser cambiado, lo que también beneficia al material, al tener un acabado más adecuado para cierta clase de usos, sobretodo en este caso, para un uso en exteriores, donde es importante mantener una apariencia atractiva.
El acero como alternativa para esta clase de productos es de las mejores soluciones disponibles, debido a que no cuenta con ninguna de estas desventajas y resulta más económico de comprar. Su instalación es sencilla, y se da mediante el uso de tornillos y una base, regularmente de metal, sobre la cual será instalada. Este material puede ayudar a techar espacios domésticos, techos para patios, talleres, almacenes etc. No resguarda humedad ni calor, además de que puede ser instalada por dos personas sin presentar complicaciones.
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